Recordad que la sonda se lanzará y volará hacia arriba impulsada por el globo, pero seguramente... fijo, que hará algo de viento, poco o mucho, pero el aire llevará nuestro artificio hacia alguna dirección mientras se eleva.
La sonda va equipada con un transmisor de 5 vatios en la banda de 70 centímetros, y aunque solamente tengamos aire entre ella y nuestro receptor, posiblemente la señal legue a debilitarse. Para concentrar la que nos llegue desde la aeronave hasta la base de operaciones emplearemos una antena Yagi-Uda de siete elementos que fabricaremos nosotros mismos, pero claro, una antena de este tipo necesita apuntar a un objetivo, nuestra sonda.
El globo volará en una dirección determinada que se separa desde la posición de lanzamiento, y contando que se elevará a la vez, necesitaremos dos ángulos para apuntar nuestra antena hacia él.
Para hacer un poco más divertido este rollo de los ángulos, en clase nos pusimos a fabricar nuestro propio teodolito, y para el que solamente necesitamos papel, cartón y un clavo.
Una vez terminados todos estos inventos, tuvimos que aprender a orientar los cero grados hacia el norte con la ayuda de una brújula.
Ahora sí, ya podemos imaginarnos la sonda volando y apuntar con los dos ángulos hacia ella con nuestro bonito teodolito.
Que envidia me das Daniel
ResponderEliminarAlgún día los niños del Andrés Segovia harán cosas como estás.