Pues enviar un mensaje, bueno, muchos mensajes al espacio.
Para ello hemos diseñado una segunda cápsula en la que irán metidos mensajes escritos por todo el alumnado del centro y que cuando el globo estalle serán dispersados por nuestra atmósfera.
El funcionamiento es bien sencillo: Tensión.
La cápsula se mantendrá cerrada mientras el globo esté "tirando" de ella hacia arriba, pero una vez que explote, la tapa inferior se separará del resto dejando los mensajes de los chavales volando por allí donde haya alcanzado la mayor altura.
Lógicamente volverán a La Tierra, pero nosotros no seremos los que los recojamos. Los dejaremos para que vosotros los leáis.
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